Cuando veo la cantidad de publicaciones en diferentes plataformas que se amparan en decir que son fanfic me recorre un escalofrío como escritora. Dicen que no plagian, sino que hacen honor a las novelas que más les han gustado al tomar la idea de otra autora (o autor) y adaptarla a lo que hubiesen preferido leer. Lo que hacen es algo diferente a la versión original tomando como punto de partida la esencia de dicha novela. ¿Eso no es plagiar, robar o hurtar? ¡CLARO QUE LO ES!

También he tenido casos (que denunciar) en los que MIS NOVELAS están bajo «fanfic», y al empezar a leerlas lo que noto es que cambian los nombres de los personajes principales originales, pero el resto de la trama es TAL CUAL la describí yo. ¿Debería sentirme honrada que alguien haya considerado hacer un fanfic de mi trabajo?

Mi respuesta, por supuesto.

 

La idea es de quién la concibe y desarrolla, lo que surja a partir de ella, es decir, las modificaciones manteniendo el núcleo central de la idea, es plagio. ¿Cómo pueden llamarse escritores quienes hacen semejante atrocidad? A mí me causa vergüenza ajena. El éxito de ventas no justifica semejante barbarie, así que tampoco considero ese argumento (y ningún otro) como válido.

Si tanto les gustó una historia, pues ayúdenla a difundir y darle el crédito al escritor que SÍ TRABAJÓ pensando en una trama que mereciera la pena, hasta el punto de que ustedes la hayan leído. En lugar de tratar de emular lo que salió de la cabeza de otra persona, y tener el descaro de darle unos cuantos giros narrativos para poner vuestro nombre en la portada y texto de créditos, ¿qué tal si mejor ponen el trasero en la silla y escriben, desde cero, bajo sus propios méritos?

¡A sentarse, y escribir!

 

Si toco fibras sensibles, lo cierto es que no me interesa. Estoy abrumada de tanta vaina en el contexto de producción de material de lectura online (no, no me pregunten sobre la copia constante de las formas de promoción y presencia mediática; eso es para otro momento cuando ya tenga algunas tazas de café consumidas, gracias por la preocupación de todas maneras). Piratear y robar no solo consiste en descargarse ilegalmente un libro de internet o de donde platanitos sea; robar también es utilizar una idea ajena y hacerla pasar como si fuera propia por el simple hecho de aplicarle unos «retoques» (más o menos como el maquillaje). No solo es un cáncer para la creatividad  ajena este asuntito, sino que además se tiene la caradura de pretender que esos «fanfiqueros» (para que vean que utilizar neologismos es la onda) se les reconozca la hazaña. (Recuerden que hazañas son las de Tarzán con eso de saltar de una rama a otra en plena jungla, así que háganme el favor de comportarse).

¡Los leo! Y si no se animan a comentar, ya saben que pueden enviarme un correo electrónico (no me envíen peticiones de corrección de textos ni críticas literarias que eso ni hago, ni haré).

Cheers,

K.R.